Nunca antes lo había sentido tan claro, ni nunca antes había necesitado de alguien a quien no conozco, con quien no sé cómo me llevaré y que no sabe realmente cómo soy, qué pienso, qué hago a diario y qué cosas me hacen feliz hacer cada tanto.

Sí puedo decirte que siempre pienso en el futuro como la mejor manera de enderezar el presente. Y la sola idea de saber que tú vienes de allí y que podemos llevarnos bien, me completa con una energía esperanzadora, desbordante.

Y así es. Y así te lo diré… sin vueltas, ni tapujos. Sin más introducciones y sin zigzagueantes vacilaciones. Necesito de ti Año Nuevo. Necesito me ayudes a completar mis horizontes, mis anhelos que han crecido, mis escalones a no sé dónde, mis senderos bajo sombras afables en el verano del camino. Necesito de ti y de todas las olas que conozcas, de tus más de trescientos amaneceres y de tus millones de estrellas en noches de calma y todas aquellas que esperan tras la furia de tempestades y tormentas.

Esta medianoche abriré la puerta y entrarás en mí porque así lo he decidido y así lo quiero. Esta medianoche habremos de empezar a conocernos e intentaremos tomarnos de la mano. Esta medianoche brindaré junto a ti porque sin ti no iré a ninguna parte.

Tú podrás contar conmigo. Yo me llamo Esperanza, y tú serás Veintiuno.

Este es el mensaje de todos quienes hacemos Vamos a Miami
31 de diciembre 2020