FLORIDA COSTA OESTE
Egmont Key (o el sueño de una isla remota y llena de belleza natural)
Textos y fotos: © Vamos a Miami
Más de una vez, agobiados por el trabajo y las rutinas, o simplemente cuando dejas que la mente hilvane los sueños que desee, hemos pensado en ir a una isla remota, solitaria, tranquila, llena de vida y riqueza natural.
Y claro, tú también has tenido esta imagen mental más de una vez ¿verdad?

Entonces subamos a un barco rumbo a un lugar único al que basta pisar para que en segundos se apodere de tus sentidos. Por lo cual toma tu espíritu aventurero y vayamos ahora mismo a Egmont Key… una pequeña isla (con mucho pasado ─ver recuadro─) que tiene un largo aproximado de unos 2.6 km ubicada sobre la desembocadura de la Bahía de Tampa.
Solo en barco
Estando alojados en The Don CeSar (el célebre hotel que se recuesta sobre las playas de St. Pete) Vamos a Miami condujo durante 15 minutos para ir a Fort De Soto Park y recoger los tickets del ferry. El costo es de $ 40 por adulto, y partimos a las 10:00 h (hay otra salida a las 11:00 h) el viaje hacia la isla es una fresca expedición en sí misma. Y navegando es la única manera en la que llegas a esta apacible isla que no cobra por su ingreso y que da permanencia durante 3 horas.


Trae tus refrescos
Lo que vives aquí es realmente muy especial; no hay agua potable, baños, ni kioscos de ninguna clase. Por tanto trae tu nevera con refrescos (no están permitidas las bebidas alcohólicas) y unos ricos emparedados. No olvides toallas para recostarte bajo la sombra de palmeras o uveros de playa, y olvídate del wi-fi… obvio que tu cámara fotográfica y GoPro serán bienvenidas, pero los requisitos más importantes son tu capacidad de observación, tus ganas de relajarte, tus pulmones deseosos de aire puro.
El faro de Egmont Key
Al llegar no dejas de recorrerlo con tus ojos. Es el faro. Construido en 1848, dañado por sucesivos huracanes y tormentas, vuelto a erigirse en 1858, el faro de 26 metros es una fantástica torre blanca, callada pero viva, y constituye un inevitable punto de referencia al explorar este sitio. Su rango es de 24 millas náuticas que equivalen a unos 44.4 km de alcance.

Vida animal
Podemos contarte que aquí viven tortugas de caja y terrestres, delfines, manatíes, colibríes y aves del mar como águilas pescadoras y pelícanos pardos. Hemos visto (muy de cerca) colonias de gaviotas enriqueciendo el paisaje y llenando con su banda sonora a este lugar increíble. Por su parte, tengamos presente que este es un Refugio Nacional de Vida Silvestre, da cabida en el extremo sur a un área de anidación (vedada al público) sumamente importante en términos de preservación de aves marinas.
Senderos, ruinas… ¡playas!
Caminamos por senderos de arena, ladrillo, y viendo las ruinas de Fort Dade. Avanzamos entre sombras intercaladas con fuertes rayos de sol. Finalmente nos maravillamos al descubrir las playas que te regalan un horizonte infinito en los que pierdes de vista a las nubes más pequeñas y lejanas.
Juegas con la arena, y nadas, o haces snorkel en un universo color aguamarina. La paz de la isla, el saber que hay tan pocos visitantes (éramos apenas una docena de viajeros) y la suma de una belleza intemporal, tornan la visita a una vivencia profundamente rica. Diferente.



Haciendo tus planes
Por ello es que Vamos a Miami te recomienda ─como parte de nuestra habitual propuesta para que conozcas más y más de Florida─ que ahora mismo vayas planificando tu viaje incluyendo este destino. Todo cuanto necesites (hoteles económicos o de lujo, apartamentos, resorts; Renta de Carros en todo el Estado de Florida e incontables Excursiones y Tours) te los ofrecemos para que tu sueño de estar en una isla solitaria se ponga a un paso de convertirse en realidad.
Una pizca de historia
